David Ledesma Vázquez, GRIS (2da. Mención, Concurso Lírica Hispana, Caracas, 1958.)

Ruta: Literatura: La Habana

Prólogo "Preludio para Gris" de Hugo Emilio Pedemonte. Dibujo de Mario Lope-Bello.

David Ledesma Vásquez: ¿desganado o entusiasta de la Revolución Cubana? 

Curridabat, Costa Rica
12 de septiembre, 2008
Señor Director de El Mercurio
Cuenca, ECUADOR

Señor Director:

Saludo a usted. Acompaño otra vez el texto de la aclaración que escribí respecto de una frase que me parece infundada y desafortunada dentro de un artículo del Sr. Luis G. Salgado (David Ledesma Vásquez, el poeta de la corbata amarilla, 11.XI.2008) publicada en el diario de su digna dirección.

David (1934-1961) emblemático poeta de mi generación, como todos sabemos, no puede defenderse porque murió hace cuarenta y siete años. Casi todos los miembros de nuestra generación han muerto. Sobrevivimos pocos de los cuales yo fui muy cercano amigo y compañero en la poesía y en la lucha política de David.

El señor Salgado da una versión acerca del estado de ánimo de David y lo califica como "desganado de la Revolución Cubana", pero esa versión es una suposición. Los hechos dicen lo contrario y esos hechos son, entre otros, nuestro programa radiofónico "Aqui... Cuba", en defensa de la gesta revolucionaria y los poemas de su "Cuba en el corazón" entre los cuales emerge su "Castro en Manhattan". Ésa es la realidad. Sus lectores, señor Director, tienen el derecho de conocer esta otra realidad que encierra mi versión, la cual surge de mi relación cercanísima con David, como lo atestiguan dos libros publicados en conjunto: Club 7 en 1954 y Triángulo en 1960. Y, también lo atestigua el hecho de haber creado juntos el programa radiofónico mencionado que David dirigía y distribuía, pero, en el cual yo escribía los editoriales que después publiqué en "Alcantarilla, sitio de ratas", 1962, un poco antes de salir al exilio.

Sr. Director: Acuse recibo y publique mi nota aclaratoria. Es lo justo para sus lectoras y lectores y también para la salud del derecho a la libre expresión que defiende este ciudadano que se suscribe de usted como un atento y seguro servidor,

Sergio Román Armendáriz


David Ledesma Vásquez: ¿desganado o entusiasta de la Revolución Cubana? 

Sr. SALGADO:

Los insomnios propios de mi vejez me llevan a la deriva por la red de redes y así, hoy, 11 de septiembre del 2008, acabo de leer su artículo "El poeta de la corbata amarilla" acerca de mi entrañable compañero, hermano en la poesía, David Ledesma Vázquez, que publica El Mercurio de Cuenca.

Como sobreviviente del Club 7 y del Toachi urjista, debo agradecerle que su pluma nos recuerde, más por supuesto a David, un poeta emblemático que le da voz y nombre a toda nuestra generación. Pero, permítame expresarle mi desacuerdo en lo concerniente a su expresión "... desganado de la revolución cubana, pese a que mantuvo un programa radial sobre ésta".

Debo decirle que conocí a David desde nuestras primeras escaramuzas literarias en la imprenta del Colegio Nacional Vicente Rocafuerte, hasta el momento de su adiós supremo, y en ese tránsito de 1951 a 1961 hicimos juntos muchas cosas que ya pertenecen a la historia, siempre juntos, también con Carlos y Gastón e Ileana, entre ellas, el Club 7, su taller y su publicación plural; Triángulo, otra publicación compartida; el programa radiofónico "Aquí... Cuba", viajamos juntos a la isla, barajamos horas y horas de conversación alrededor de muchas cervecitas frías, y, resultado de nuestra militancia revolucionaria y poética, él escribió "Cuba en el corazón" y yo escribí "Varón en La Habana", dos poemarios breves que íbamos a editar también unidos bajo el título "Dúo", pero su muerte y mi exilio frustraron ese afán.

Dígame señor Salgado, si yo tengo o no tengo elementos de juicio para saber si David era un desganado o un entusiasta de la causa socialista. Permítame con todo respeto decirle que David nunca fue un desganado de la revolución. Fue un insurrecto, un antiburgués, un heterodoxo, y un alma con efluvios de ese Cristal que le dió carácter a su primera publicación. Y como todos nosotros, agonistas, sí, herederos de Vallejo y de Medardo Ángel Silva y de Barba Jacob y de Hugo Mayo y de César Andrade y Cordero. Herederos de la utopía a la que se refiere Agnes Heller, neomarxista: "La utopía es lo que debe ser ... hecho, ya".

De todas maneras, muchas gracias por recordarnos, y disculpe mi intento de aclaración cuyo énfasis puede confundirse con descortesía.

Atentamente,

Sergio Román Armendáriz