La gratitud y el otro lado del horizonte educativo - 03
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Estamos conscientes de que, por medio de estas epifanías, nuestra Alma Mater reconoce la excelencia de sus servidores y servidoras en el ámbito docente.
Pero, no por ser mencionados y mencionadas al final, dejan de ser los alumnos y alumnas lo sustantivo en nuestros corazones y la razón de nuestras voluntades.
Con ellas y con ellos hemos aprendido tanto, de tal manera que, a su lado, la obsolescencia es menos cruel, casi diría que contribuye a que sea menos áspero o más amable, este lento e inevitable caminar hacia el otro lado del horizonte de las cosas.
Éste es un plus pleno de prodigios pues el horizonte de las cosas que valen la pena, son gratuitas, en coincidencia de sonido con la voz, gracias.
Además, la búsqueda del otro lado de los paisajes del conocimiento y de la praxis, tiene que impulsar a la profesora o al profesor y a los respectivos entes lectivos, a un constante reenfoque de la situación del aula transparentada en objetivos, contenidos y métodos, por medio de la tenaz combinación de, por lo menos, las tres magnitudes clásicas:
La ética o la belleza de la verdad. Igual, análisis e ideología.
La estética o la virtud de la belleza. Igual, síntesis y estilo.
Y la pragmática, o sea, la verdad y la belleza de nuestro oficio considerado, en cada caso, servicio idóneo para la sociedad y mística para una profesión de fe. Igual, imaginación y trascendencia.
Este cambio radical de enfoque llevó a conjugar, por ejemplo en literatura, la emblemática forma del soneto con la audacia vanguardista, de tal modo que el poema de amor dejó de ser un inventario de atractivos exteriores para descubrir su raíz en la interioridad del sentimiento.
De allí que, el escritor y diplomático argentino César Fernández Moreno se animó a trabajar esta técnica de la búsqueda, hallazgo y empleo del otro lado del paisaje creativo por medio de una secuencia de metáforas equivalentes a un enriquecimiento de la realidad coronada con un borde de fantasía.
Leeré siete de sus endecasílabos dedicados, discúlpenme, a las vísceras vitales del cuerpo amante, sin alusión al género.
Escribe el autor mencionado, así:
“Cansado de alabar tu piel dorada,
tus externas y muchas perfecciones,
canto el jardín azul de tus pulmones
y tu tráquea elegante y anillada.
Canto (…)
el bazo, el páncreas y los epiplones, /
el doble filtro gris de tus riñones, /
(…)
y esa linfa que embebe tus tejidos (…)” **
Si el poeta sugiere que la frescura de la piel y la flexibilidad de sus formas dependen de la salud de las vísceras y, si asumimos que análisis, síntesis e imaginación integran la partitura íntima del aula y su contexto, será natural orquestar objetivos, contenidos y métodos. A esto intentaré llamar la búsqueda del otro lado del horizonte educativo. Hasta aquí mi invitación a la faena plural.
Ajustaré mi intervención con la siguiente pregunta:
¿Cómo continuar retribuyendo la generosidad de nuestra universidad, y, por ella, la de nuestro pueblo, con algo de su alegría, su fuerza y su esplendor?
¡Nuestra conciencia responderá!
Señora Rectora de la Universidad de Costa Rica,
Autoridades universitarias,
Funcionarios y funcionarios,
Gracias por el honor otorgado.
Colegas docentes eméritos,
Catedráticos y catedráticas,
Profesores y profesoras que se acogen al retiro:
Gracias por la representación otorgada.
Al despedirme, permítanme glosar un verso estremecedor de la canción de Violeta Parra:
“Gracias a la vida que (nos) ha dado tanto… “
Gracias, Universidad de Costa Rica.
Sergio Román Armendáriz
Profesor emérito de la Escuela de Ciencias de la Comunicación
Universidad de Costa Rica (UCR) 2008
romantic@racsa.co.cr
Apartado Postal 808-2050
San José, Costa Rica, C.A.
4 de diciembre del año 2008
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(**) Fernández Moreno, César. Soneto a tus vísceras. (Ejemplo, según el autor, de la rebelión vanguardista contra el canon de la belleza tradicional).